PUBLICACIÓN: 16/01/2015
EDITORIAL: Valdemar
Un amor de Swann recoge la historia de amor entre Swann y Odette de Crézy y transcurre quince años antes de que el Narrador naciera. Proust hace esta intromisión entre su niñez y la adolescencia, entre Combray y A la sombra de las muchachas en flor, respectivamente. Todo apunta que esta parte recoge al Proust que era antes de escribir su obra, "el Proust de la prehistoria" como lo han llamado.
Entre el autor y el
personaje hay semejanzas que hacen pensar que Proust utiliza a Swann para
narrar esa etapa de su vida en la que se siente atormentado y enfermo, entre
otras cosas porque no conseguía escribir su obra. Ambos eran judíos, burgueses,
hombres de mundo, con una vida social ajetreada recorriendo los salones de
París. Sueñan con la idea de escribir un libro y comparten una gran afición por
el Arte; en este caso Swann trabaja en una obra de Vermeer, uno de los pintores
favoritos de Proust.
En Combray ya aparecen
ambos personajes casados y con una hija, Gilberte. Odette es un personaje
ausente, dada su condición de amante que no está bien valorada en casa del
Narrador ni en determinados círculos.
Charles Swann está inspirado en Charles Haas, hombre de mundo que Proust llevó a la inmortalidad desde el momento en que lo convirtió en uno de los personajes principales de la obra. Es un caballero educado y con dinero, respetado en los más altos niveles de la sociedad parisina y gran gusto por el arte. Gran afición esta que Proust resalta a menudo en su obra y que me atrevería a decir que la heredó de Ruskin.
Odette de Crézy fue
inspirada en una cortesana, Mme. Laure Hayman, que Proust conoció cuando tenía
17 años. Existe una carta escrita del autor donde le hace saber a ella, de su
inspiración para el personaje de Odette. Este es su papel en la obra, una
"démi-mondaine" de los salones de París y una habitual de los Verdurín
donde es bien acogida.
Ambos son presentados
en el teatro, y aunque Odette es una mujer bastante atractiva a los ojos de los
hombres, no así para Swann. Este es un mujeriego incorregible, con gustos
particulares sin importarle la condición social de las mujeres y con especial
predilección por las campesinas y criadas.
Un amor de Swann tiene
como tema principal el amor, un amor enfermo y cargado de inseguridades. Desde
niño, el Narrador, siente un amor obsesivo e inflamado de celos relacionados
con su madre. Unos celos infantiles que irán madurando con él. La única víctima
de estos es él mismo, porque no son producidos por hechos concretos como una
traición sino que todo está en el interior de la persona que los alimenta.
No hay romanticismo en el amor que Swann siente por Odette porque no es un amor de flechazo, no se enamora de ella en ningún sentido, al menos en lo que los comunes entendemos por enamorarse. Y es que Swann, como Proust y su amor por el arte, produce en ellos un sentimiento de adoración por la belleza que no es la física, es un sentimiento que resulta difícil explicar en términos racionales.
Eso explica, al menos
para mí, que no siendo Odette el tipo de mujer que gusta a Swann, este se
inspire en la imagen de Séfora, de Boticceli, para proyectarla en el rostro de
ella.
Swann y Odette inician
a partir de aquí una relación nada lejos de la realidad en la que Proust expone
su propia concepción del amor.
A esta altura de la
obra el único amor que obsesiona al autor es el que siente hacia su madre, que
ya desde niño es un amor enfermo basado en la obsesión y los celos.
De ahí el beso de buenas
noches que cada día espera recibir de ella y la aversión que siente hacia
Swann; cada vez que este acude a cenar con sus padres se queda sin el beso.
A Swann le ocurre algo
parecido. Cuando escucha la sonata de Vinteuil junto a Odette en el salón de
los Verdurin, es para él lo que el episodio de la magdalena a Proust. Se
desencadenan en él emociones y sentimientos difíciles de explicar que le hacen
sentir que se ha enamorado de ella.
Desde ese momento se somete a Odette y se obsesiona cella. Siempre quiere tenerla controlada, y este comportamiento le irá desgastando más a medida que descubre que Odette no es solo suya sino que tiene otros amantes.
Esta obsesión amorosa
lo mantendrá encadenado hasta el punto de no querer actuar, ni para bien ni
para mal. Si siente celos se vuelve loco, la odia, la desprecia, se desenamora,
quiere abandonar. Si no hay dolor la relación no es intensa, si no es intensa no
tiene mucho sentido porque una situación así le aburre.
Cuando ella le presta
atención no quiere separarse, no es capaz. Entonces no concibe una vida sin
Odette, no quiere disgustarla por temor a que se enfade, y de nuevo viene el
sufrimiento.
Swann y su sentido del amor,
el protagonista de sí mismo, no hay nadie más. Él con sus deseos insatisfechos,
su desesperación por querer saber todo de ella, hasta lo peor. Solo entonces,
cuando el dolor llega a la cumbre se da cuenta que está aliviado y descubre el
error que ha cometido, el tiempo que ha perdido con una mujer que nunca le
agradó, que no era su tipo. Solo entonces llegará la ruptura.
Bueno, te he leído un poquito por encima, regresaré en el futuro porque quiero estrenarme con esta obra este 2024 (tengo el estuche de Valdemar, con sus tres volúmenes, ahí esperándome desde hace un tiempo ya y como que siempre postergo un poco la ocasión, me da cierto respeto, aunque ya sé que no es de lectura tan densa como en principio pueda parecer). La cosa es que me gustaría iniciar este año con este viaje que creo que va a ser especial, a ver... Interesante suena.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias por leerme. Te dejo mi opinión sobre como abordar esta obra, por si te ayuda. Es de lectura densa. Si has oído hablar del estilo proustiano sabrás que sus frases son largas y llenas de comas; incluso, a veces, cuando abre un paréntesis, este parece no tener fin. Su lectura se hace lenta en algunas páginas, porque hay que retroceder para comprender bien. A mí no me desanima. Disfruto mucho leyendo a Proust; es más, cuanto más lo leo más me gusta así que no me importa volver atrás, siempre descubro algo nuevo. Lo importante es comprender lo que sentía, cómo lo sentía, sus puntos de vista,... toda una vida metida en unos volúmenes que no tienen desperdicio.
ResponderEliminarTe aviso de que Combray es la parte más espesa, pero no te desanimes, sigue adelante y toma el tiempo que necesites. Es así como se disfruta.
Un abrazo.