AUTORA:
Katie Kitamura
EDITORIAL:
Sexto Piso
PUBLICIÓN: 19/05/2025
Esta
lectura me ha resultado desconcertante, con la sensación continua de estar
perdiéndome algo, aunque al final creo haberle encontrado un sentido.
Si
se lee la novela de manera estrictamente literal se podría incluso trazar una
línea coherente, pero hay momentos en los que el comportamiento de la Narradora
no parece lógico. Esto me ha llevado a pensar que en ella hay algo que no
encaja.
Desde
el comienzo se sospecha que la Narradora encierra más de lo que muestra. Su
tendencia compulsiva a observar, analizar y controlar a cualquiera con quien
interactúa revela una tensión interna. Es una actriz consagrada que, en
apariencia, se presenta como una mujer racional, distante, pero su propia voz
va dejando señales de inestabilidad.
Cuando
está con Xavier, o con su marido, parece segura de sí misma; de este último
confiesa en cierto momento que lo necesita a su lado, una frase que revela
cierta dependencia afectiva. En cambio, en el teatro, su espacio de trabajo ocurre
lo contrario: allí hay figuras con más poder que ella y su seguridad se resiente
y se vuelve más vulnerable.
La
relación con Xavier es, para mí, uno de los elementos más desconcertantes. Al
principio es evidente que no es su hijo, pero la novela acaba aceptando ese
vínculo como si fuera natural. Hay desde el inicio una mala conexión entre
ellos, algo que no encaja, y esa tensión termina explotando en el final.
Lo
que más me descoloca es la sensación de que la Narradora tiene lagunas en su
pasado que la confunden y que la llevan, a veces, a no distinguir bien entre la
realidad y la representación. Esto puede estar relacionado con su profesión,
pero también con su fragilidad emocional y su necesidad extrema de control, que
no siempre consigue mantener.
Como dice la sinopsis, nada es lo que parece. La Narradora es un personaje poco fiable: está desorientada, llena de vacíos y dudas, y su vida real se vuelve por momentos incierta, casi escénica. Y ahí, precisamente, radica la fuerza de la novela.
El
libro está bien escrito, pero al mismo tiempo resulta una lectura complicada, rallante,
que puede no ser del gusto de algunos lectores.