EDITORIAL: Libros
del Asteroide
PUBLICACIÓN:
2025
Me ha parecido una novela exquisita, discreta,
poética y elegante, con cierto toque de humor en la forma de tratar la vejez y
la soledad que la acompaña.
Exquisita
porque las escenas están escritas con sensibilidad. La forma en que se describen
es minuciosa, sencilla, sin brusquedad, parecen personajes planos y, sin embargo, tienen
un mundo interior muy vivo.
Discreta porque,
aunque en los personajes se percibe la fragilidad de la vejez, no los he notado
asustados, apesadumbrados, con miedo. Nada es dramático, al contrario, sus
ansias de aventura los mantiene vivos.
Poética porque la autora no recurre a
metáforas: sus descripciones son suaves, lo que hace la lectura más relajada y
permite contemplar cada escena con nitidez.
Poética porque
la autora no usa metáforas en la narrativa, las descripciones son suaves haciendo
la lectura más relajada y permitiendo al lector contemplar la escena con
nitidez.
Elegante por
la naturalidad con que la autora muestra a los personajes sin juzgarlos. Los
diálogos son sencillos, pero dejan entrever que callan más
de lo que dicen. Es ese tipo de elegancia que no se impone, nace en la
obra.
La decisión de la señora Palfrey de instalarse
en el hotel junto a otros mayores en su misma situación es quizá la única opción
que le queda para combatir una soledad que no desaparece, pero es un lugar que
le permite compartir el día a día.
Con estos inquilinos fijos en el hotel Claremont,
la novela explora las limitaciones de la vejez y la soledad que los envuelve. Tal
vez por eso le dan tanta importancia a recibir visitas, les ayuda a salir de la
rutina y a sentirse necesarios.
Estos personajes, inspirados en el
Londres de los años sesenta del pasado siglo, con sus vidas ociosas, son
creíbles y reflejan la etapa final de la vida desde el humor y la ironía.
Parte de la energía que les queda la
dedican a controlar la vida de los otros. Entre ellos se observan, comentan,
interpretan, incluso inventan historias sobre sobre ellos mismos. Podemos
pensar que no tienen otra cosa mejor que hacer, pero lo podemos entender como
un ejercicio que los mantiene vivos.
Sin embargo, aunque parezca una vida
entretenida, creo que el mensaje principal de la novela radica en las
reflexiones de estos personajes. Tenemos que escuchar sus mundos interiores
para ver la verdadera realidad que tienen. Entonces nos damos cuenta de lo
solos que están, aunque la autora les otorgue la relación de amistad y el
sentido de la esperanza que es el aliciente de sus días.
No me esperaba el final que da la
autora a esta novela, pero en una reflexión posterior llegué a la conclusión de
que es un final justo y que da sentido a la obra.
CITAS:
— Antes
caminar era como respirar, algo a lo que no prestaba la menor atención. La
catástrofe de la vejez residía en no atreverse a ir a cualquier parte, en
resignarse a perder la libertad.
—Todo el mundo desea de vez en cuando
huir de todo eso, aunque en realidad no deberíamos desearlo… y ahora he
comprendido que solo podemos ser libres cuando nadie nos necesita.
—A medida que envejecemos, nos dedicamos a
recibir y dejamos de dar. Dependemos de los demás para que nuestros placeres y
para todo lo demás. Es como si volviéramos a ser niños.