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VEINTE AÑOS DESPUÉS

 AUTOR: Alejandro Dumas (1802-1870)

EDITORIAL: Lorenzana

PUBLICACIÓN: 1971

Si Alejandro Dumas no hubiera dado continuidad a las vidas de Los Tres Mosqueteros en la trilogía conocida como Las novelas de D'Artagnan, nos hubiéramos quedado igual de bien pues tiene un final lógico.

La dinámica en Veinte años después es la misma que en la primera novela, con la diferencia de que han pasado veinte años, y los jóvenes mosqueteros se han convertido en personajes maduritos rondando los cuarenta, años arriba, años abajo.

Los cuatro mosqueteros se separaron al final de la novela, quedando solo Artagnan como teniente mosquetero al servicio del rey. Athos también siguió un tiempo más a sus órdenes, hasta que recibió una herencia y se retiró. Phortos contrajo matrimonio y Aramis se ordenó sacerdote retirándose a un monasterio.

Hecho este recordatorio, en Veinte años después, nos encontramos con unos personajes que ya no se sienten mosqueteros, incluido Artagnan, hastiado de una situación que no ha cambiado para él y en la que echa de menos las aventuras compartidas con sus amigos.

No es el destino ni la casualidad lo que hará que los mosqueteros vuelvan a reunirse, sino la necesidad de quienes solicitan sus servicios. Volverán a ser reclamarlos, la cuestión es si para bien, para mal, por interés,…Lo iremos viendo a medida que avanza la novela.

Por orden del cardenal Mazarino, Artagnan es solicitado y tendrá que buscar a sus amigos. Dicha búsqueda le llevará un tiempo, solo para ganar la voluntad de Phortos que, en su anhelo de añadir a su lista de títulos el de barón, aceptará la proposición de Artagnan.

Con Athos y Aramis no tiene la misma suerte. Ambos son frondistas y no quieren servir a Mazarino, pero el destino hará que tengan que enfrentarse entre ellos defendiendo sus respectivas causas.

Donde antes hubo lealtad y honor ahora hay desconfianza, no porque sus lemas hayan cambiado, más bien porque sus ideologías políticas difieren. Al final la amistad, la confianza, y el "Uno para todos y todos para uno" vencerá.

En el contexto histórico, Richelieu ha muerto y le sucede el cardenal Mazarino. Luis XIII también ha pasado a mejor vida y Ana de Austria queda como reina regente por la minoría de edad de Luis XIV.

En el político Dumas sitúa la historia en Francia, durante las revueltas de la Fronda y, en Inglaterra, al final de la Guerra Civil con la victoria de Cromwell y la ejecución de Carlos I.

Todas las aventuras peligrosas en las que se verán inmersos los mosqueteros irán dirigidas hacia Inglaterra. Pero esta vez partirán divididos en parejas: Artagnan-Porthos y Athos-Aramis.

Una pareja no sabrá de la otra, sus misiones son secretas, pero el destino es el mismo, solo que cada pareja llevará una misión diferente. En el camino tendrán un enemigo común con el que no contaban; se trata del hijo de Milady Winter que quiere vengarse de los que mataron a su madre.

De todas saldrán airosos, gracias al ingenio de Artagnan, la lealtad de Porthos, la temeridad de Aramis y la valentía de Athos a pesar de su afición al vino. Dicha afición está relacionada con un hecho del pasado que además dio su fruto. Se trata de su hijo, Raúl, quien ya aparece en esta segunda parte y dará lugar a la tercera con el nombre de El vizconde de Braguelone.

Veinte años después no es mejor ni peor, es igual de amena y divertida que la que la precede. Se mantiene la mezcla los hechos históricos reales con la ficción, adaptándolos el autor de forma que la novela no resulte pesada o repetida.

También es una novela larga, y algo que contribuye a ello es que Dumas se relaja más, en esta ocasión, describiendo los conflictos políticos. En el caso de Raúl, el hijo de Athos, se explaya un poco en su inicio como soldado que es mandado a combatir. No es que sobre, porque esta parte de la trama está bien encauzada, pero la he encontrado un poco pesada. Tal vez corresponda más en la tercera parte.

Ya lo veremos…

Lectura recomendable si Los tres Mosqueteros te supieron a poco.

 

CITAS:

-¿En qué estáis pensando, Artagnan, que os sonreís se ese modo?

-En que cuando erais mosquetero teníais costumbres de fraile, y ahora que sois clérigo mostráis inclinaciones militares.

-Es el aspecto de los objetos exteriores un misterioso conductor que corresponde con las fibras de la memoria y las excita a veces contra nuestra voluntad; y una vez excitado un hilo, lleva como el de Aminda a un laberinto de pensamientos en que se pierde el hombre, caminando entre esa sombra que se llama recuerdo.

 



PAZ, AMOR Y DEATH METAL

 
AUTOR:
Ramón González

EDITORIAL: TusQuets

PUBLICACIÓN: 2018

 

Ojalá no hubiera sido necesario escribir este libro, ojalá no lo hubiera leído. Todo habría sido diferente y Ramón González podría haber escrito cualquier otra historia sobre París.

Hablar es bueno, contar aquello que nos ahoga es bueno. Por eso, narrar lo que allí ocurrió me ha parecido una buena iniciativa de parte de Ramón. No todas las personas son capaces de expresar una situación como la de esa noche en el Bataclan, y con su historia nos ha dado una verdad más personal y cercana de lo que ocurrió.

Fue una noche dura, espeluznante, macabra, inesperada, sin sentido…, en resumidas cuentas, una pesadilla para todos los que esa noche, por algún motivo, estábamos en París.

El edifico Bataclan llama bastante la atención, es imposible no fijarse en su fachada llena de colores, semejando a una pagoda. Cuando lo vi por primera vez en marzo de 2014, paseando tranquilamente por el boulevard Voltaire, nada presagiaba que un año más tarde la Sala Bataclan entraría a formar parte de esa lista de lugares que han sido objetivo de terroristas.

Era una noche especial, cenábamos en Le Procope, el restaurante que conocimos gracias a los "Hombres Buenos" de Reverte. Celebrábamos el veinticuatro cumpleaños de mi hija mayor. Todo era mágico aquella noche: - el restaurante donde ilustres personajes como Voltaire, Diderot, Rousseau, Benjamin Franklim, se dieron cita para concebir la Encyclopédie o la Constitución de los Estados Unidos, donde aún podemos leer sus nombres en el asiento que ocuparon.

Como regalo de cumple, una edición del Quijote ilustrada con acuarelas con más de doscientos años de antigüedad.

No fuimos conscientes de nada de lo que ocurría en la otra orilla del río. Por suerte no había cobertura dentro del restaurante, y todos los que allí cenábamos éramos ajenos a la barbarie que estaba teniendo lugar al otro lado del Sena.

Cuando terminamos y salimos al exterior los móviles querían explotar, no nos daba tiempo a reaccionar y tomar conciencia de lo que pasaba. La odisea fue volver a casa. Nada de taxis, París se había quedado desierta y solo el metro nos podía devolver a casa pasando bajo la zona donde había ocurrido el atentado. Afortunadamente las paradas afectadas ya estaban anuladas y el metro pasó de largo. Sin duda será un cumpleaños que jamás olvidaremos.

Después quise volver allí, y lo hice, pero ya nada era igual. Los colores del Bataclan parecían haber perdido su intensidad.

Para el autor no habrá sido fácil comenzar de nuevo, renacer de aquella noche trágica, ser consciente de que la vida continúa. El destino, el azar, la casualidad, como cada uno lo quiera ver, le estaba dando otra oportunidad de seguir adelante, su fin no estaba allí.

En la lectura he percibido fuerza para contar su historia, fuerza para seguir adelante, fuerza para superar esos miedos que se apoderan de nosotros en situaciones como esa.




VIDAS CIPOTUDAS - Momentos estelares del empecinamiento español. Jorge Bustos

 

AUTOR: Jorge Bustos

EDITORIAL: La esfera de los libros

PUBLICACIÓN: 2018

 

Sin ánimo de quitar protagonismo al homenaje que hace Jorge Bustos a los treinta y cinco hombres y mujeres empecinados, o cojonudos como los hubiera llamado Miguel de Unamuno, este libro no fue elegido por su contenido sino por el título.

La curiosidad que vino después fue saber qué contenía y si merecía la pena. Nunca se me ocurrió pensar que los personajes a los que se refiere el autor, y a los que no, también, pudieran tomar el nombre de vidas cipotudas.

También me entusiasmó la palabra "empecinado", que en mi opinión es una palabra poco utilizada y de la que yo intento hacer uso.

La palabra cipotudo o cipotuda puede llevar a pensar en el término cipote, pero no hay que confundirse porque sus significados son antagónicos.

Con este adjetivo, Bustos se refiere a las acciones que llevaron a cabo ciertos personajes de los cuales algunos aún están en el mundo.

Los llama empecinados y vivieron épocas distintas. Desde Viriato, quien da comienzo a esta lista, hasta Amancio Ortega, unos han sido más recordados que otros, bien porque la historia sigue hablando de ellos, bien porque la literatura también los ha mencionado o tal vez porque la hazaña de uno captó más la atención del público que la de otro.

No hace falta decir que todos son españoles pero sí que sus procedencias son de diferentes ciudades españolas. Hay "Castellanos y extremeños, gallegos y aragoneses, valencianos y andaluces, vascos y catalanes".

Sobre sus profesiones, todas fueron válidas: un guerrero como Viriato, una santa como Teresa Sánchez de Cepeda Dávila y Ahumada, la escritora María Moliner, una princesa como Juana, apodada "la loca", una enfermara de apellido Zendal, Tarradellas como político, Dominguín como el torero que domó al pueblo y al empresario Amancio Ortega.

A los mencionados y hasta treinta y cinco, lo único que los une es que son españoles y empecinados en su lucha.

No sabría con cuál de ellas quedarme porque todas me han parecido fantásticas, y escritas de la mano de este periodista solo puedo decir que este libro, además de entretenido, nos da culturilla, sobre todo, porque aunque la mayoría recordemos a los de siempre, los más ausentes también es justo que se les recuerde.

Pero puestos a elegir me quedaría con dos capítulos: el dedicado a la Real Expedición Filantrópica de la Vacuna llevada a cabo por el doctor Balmis. En este caso, Bustos dedica el capítulo a la enfermera Isabel Zendal que en 1950 la Organización Mundial de la Salud la reconoció como la primera enfermera de la historia que participó en una misión internacional.

Y el capítulo dedicado a Clara Campoamor en su lucha por el voto de la mujer.

Quede claro que estos hombres y mujeres, en sus hazañas no todos fueron empecinados en su heroicidad, también lo fueron en su inteligencia, valentía, mezquindad, locura,...en definitiva tuvieron unas vidas cipotudas.

Si conocéis a Jorge Bustos como personaje público que trabaja en medios de comunicación, os haréis una idea de cómo puede haber descrito a sus personajes y sus vidas. Si no es así os animo a que lo leáis porque este libro está impregnado de humor, frases irónicas y cierto toque periodístico.