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EL AMOR DURA TRES AÑOS - Frédéric Beigbeder

Título original: L'amour dure trois ans 

Fecha de publicación: 1997

Páginas: 161



No sé qué me ha pasado con este libro, pero me apetece más hablar del autor que de la novela, o de ambos al mismo tiempo, por eso de que es novela autobiográfica.

Hay que reconocer que Beigbeder es todo un personaje, y lo digo en el buen sentido de la palabra, porque según como lo expresemos puede significar algo positivo o negativo.

Se le da bien escribir y además tiene de donde sacar para crear una novela porque su vida, en cierto modo, lo es.

En El amor dura tres años, publicado en 1997, el autor se vale del personaje Marc Marronier para narrar una etapa de su vida sentimental y las desavenencias en las relaciones de pareja. Describe como son para él los tres primeros años del matrimonio con Anne y sus escarceos amorosos con Alice; esos dos nombres bien podrían corresponder a Diane de Mac Mahon (matrimonio I) y Delphine Valette (pareja sentimental) respectivamente. De esta segunda relación nacerá su hija Chloé.

Su vida sentimental ha sido ajetreada, con cuatro matrimonios terminados en divorcios y dos relaciones en pareja, si no me he equivocado en las cuentas. Tiene otra hija, Oona, de su tercer matrimonio. Le puso este nombre en homenaje a Oona O'Neill, hija de Chaplin, sobre quien escribió una novela titulada Oona y Salinger. Si no la habéis leído hacedlo porque es preciosa. Aunque está basada en los dos personajes mencionados, en ella Beigbeder hace referencia a la vejez.

En una declaración que hizo para Le Figaro afirma que: - El fracaso es cuando le prometes a alguien que lo amarás toda tu vida... y no puedes. Son fracasos que con el tiempo miramos con ternura. Son pocos los fracasos que se celebran. El divorcio es uno -.

Me he quedado con esta frase porque creo que en ella confiesa cuál es su verdadero problema a la hora de tener una relación sentimental, entender que significa el amor y todo lo que implica.

Beigbeder nació ya con "una flor en el culo", perdonad la expresión, aunque estoy segura de que todos la hemos soltado más de una vez. Nació en una familia bien acomodada, de descendencia noble, y creció en Neuilly, una de las zonas más caras que limita con París hacia el noroeste. Siempre ha vivido en un mundo fácil, en el sentido de que siempre tuvo puertas abiertas, algo que facilita mucho para conseguir objetivos.

Pero lo bueno que tiene Beigbeder, es que sabe darle toques de humor, sátira, provocación, soltar verdades en sus novelas, donde otros no se atreverían. Aunque la escritura siempre es un medio que puede ayudar a decir eso de lo que no te atreves a hablar.

Recomiendo la lectura de sus novelas.


CITAS:

-Escribir con drogas es agradable pero retrasa la escritura y la reemplaza. La droga empeora mi escritura. Me quedo con el vino y la cerveza.

-Hago muchas cosas muy deprisa por pura pereza, para acabar pronto, para no cansarme; fue un consejo que me dio una madrugada Roland

Topor.

-No comprendo a esas personas que buscan la fama durante años y cuando la conquistan se quejan.

-Hay que salir para estar en contacto con la gente, para ver, para escuchar. Un escritor no puede ser un monje.

-No creo que el escritor tenga que estar metido en casa a las ocho de la tarde para hacer el crucigrama de Le Monde. Que renuncie a vivir para escribir.

-A Kafka le encantaba divertirse. Hay escritores agonizantes y doloridos, como Flaubert y otros hedonistas hasta el final, como Baudelaire. En el centro estaría Proust, un hombre asiduo de largas fiestas nocturnas y también de encerrarse para escribir. Es mi modelo. Trabajo de día, salgo de noche y duermo poco; pero ir de fiesta no es lo opuesto a hacer un buen libro".



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