PUBLICACIÓN: 2017
EDITORIAL: Espasa
Esta
novela no es un testimonio personal de la princesa otomana Selma Rauf Hanim,
madre de Kenizé Mourad, sino una reconstrucción que hace la autora de la vida
de su madre. Está basada en la investigación de documentos históricos, cartas y
archivos familiares, entrevistas a personas cercanas y visitando los lugares
donde Selma vivió. La autora no tuvo tiempo de conocer bien a su madre, ya que Selma
murió cuando ella tenía dos años.
La
historia arranca en Turquía, donde prevalece la parte histórica y política de los
acontecimientos que dieron lugar a la caída del Imperio Otomano, el exilio de
la familia imperial y el cambio político que asumió el país.
Aquí,
tuve la impresión de que se trataba de una novela histórica, sin más, por la
ausencia de emociones y sentimientos en la narración de Selma. Resaltar quizá
el momento en que la familia imperial se siente traicionada por el héroe en
quien confiaron para liberar Turquía, el mismo que luego destruyó el mundo al
que pertenecían. Primero tuvieron esperanza y luego vino la desilusión.
Aunque
ha sido criada en un entorno tradicional y religioso, su carácter le lleva a
cuestionar ciertas normas sociales, en especial el papel de la mujer y las
limitaciones impuestas por la tradición y la religión. Siempre tuvo un punto
rebelde e inquieto por la situación del país, creo que influenciada por su
madre.
Por
eso no acepta de forma pasiva su destino como princesa en el exilio. En ella se
ven reflejadas las contradicciones de la época. Sus aspiraciones e inquietudes
le llevan a descubrir que la ciudad en la que vive se le queda pequeña.
En
contra de sus principios llega a la India, tercera parte del libro. Es la
decisión de salir de Beirut la que lleva a Selma a aceptar el acuerdo elaborado
por su madre.
Esta
transición destaca por lo inesperada: la autora la presenta sin preparación ni
mucho detalle. Parece una decisión tomada de la noche a la mañana, por la
sultana, porque nada hasta ahora hace presagiar este cambio tan radical.
Sin
embargo, podría quedar justificado pensando que el destino de Selma ha sido forzado
por el delicado estado de salud de la sultana.
Esta parte es la más extensa. Selma parece difuminarse como protagonista. El relato más personal de su vida avanza más despacio, ya que la autora se centra más en describir el problema político de indios y musulmanes bajo dominación inglesa.
En
esta etapa Selma comienza una segunda madurez. Tiene que enfrentarse a una
cultura que no conoce y de la que no ha sido advertida por su madre. Sentirá la
soledad, la decepción y el abandono porque siente que no encaja en esa sociedad.
Hay
un punto de inflexión en su carácter que le lleva afirmarse como mujer, a tomar
decisiones por sí misma, a comprender a Amir, su marido, y a luchar por su
dignidad y la de otras mujeres. La influencia de la abuela de Amir es efectiva
en Selma. Esta escena me llamó la atención porque refleja una nueva
transformación de la princesa.
Si
hay algo que hace la autora es marcar momentos concretos, con escenas
inesperadas, para resaltar cambios importantes en la vida de Selma.
Es
el caso de su viaje a París. Selma está embarazada, los conflictos políticos empeoran
y su marido decide enviarla a París; allí, ¿estará a salvo?
No
exactamente si tenemos en cuenta que estamos en 1939 y comienza a fraguarse la
Segunda Guerra Mundial. Pero a Selma le dará tiempo a transformarse de nuevo.
Por fin siente que está en el mundo. Aunque la situación es adversa, ella
tendrá la sensación de autenticidad y libertad.
En
París no hay imposiciones familiares, ni culturales, ni la necesidad de
sobrevivir en un entorno como fue la India. Tendrá que seguir luchando, pero
desde una posición más independiente. No solo es el lugar donde Selma elige por
sí misma, sino también donde dará origen a quien décadas más tarde reconstruirá
su historia.
CITAS
—Recordad
esto, Selma: no porque crezcamos de dinero vamos a cambiar nuestra manera de
comportarnos. Sois princesa, no lo olvidéis nunca.
—
Todos estos días se ha mentido: solo se puede luchar cuando se tiene una tierra
sobre la cual combatir palmo a palmo, una tierra donde se puede caer y
levantarse.
—
El mal es una noción relativa, que cambia según las latitudes.La historia
arranca en Turquía, donde prevalece la parte histórica y política de los
acontecimientos que dieron lugar a la caída del Imperio Otomano, el exilio de
la familia imperial y el cambio político que asumió el país.