Azul
era, a sus 17 años, una "veleta" que se dejaba llevar por impulsos y
le costaba tener claro lo que quería. Pero es normal, no es fácil tener las
cosas claras a esa edad. Lo malo es cuando llegas a la madurez, aún no has
resuelto nada y necesitas poner orden en tu vida para continuar. Segundas
partes nunca fueron buenas, pero si no tienes a qué aferrarte, por intentarlo
de nuevo no pierdes nada. Azul lo intentó y al final encontrará aquello que
buscaba.
¿Por
qué elegí este libro? Por diferentes motivos. ¿El que más pesa? Viví en
Levallois durante tres años, que es como vivir en París y no tenía 17 años, los
cincuenta se estaban acercando.
Mientras
lo leía, me veía andando por las calles de Levallois, de Neuilly, cruzando el
Parque de La Planchette, incluso acudiendo al liceo donde estudió Azul, pero no
para estudiar.
Ha
sido un "volver" a esos años en París que no he olvidado, y que en mi
vida han marcado un antes y un después.
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