Es una historia fácil de creer;
dejarlo todo por amor puede no ser malo, pero sí que éste nos ciegue y nos
lleve a lo insospechado, como le ocurrió a la protagonista. Quien le iba a
decir a Sira que tras abandonar Madrid para seguir al hombre del que se había
prendado, la iba a dejar abandonada, sin un céntimo y además, endeudada en
Tánger.
Por suerte para ella, el haber
aprendido el oficio de modista le vendrá como anillo al dedo para resurgir en
un país donde todo le es desconocido. A partir de aquí, una serie de
acontecimientos la llevaran a convertirse en espía de las fuerzas aliadas,
durante la Segunda Guerra Mundial, utilizando su taller de costura como
tapadera.
"El tiempo entre costuras"
está bien escrito, y eso ya es un punto a favor de esta novela. Con un contexto
histórico bien documentado y el uso de personajes reales, mezclado con la parte
novelada, han hecho que esta aventura
resulte entretenida.
Dicho esto, me quedo con la
conclusión de que el conjunto de todos estos factores han parido una novela del
gusto de un gran público, entre el que me incluyo.
Aun así, me quedó la
sensación de que la parte de no ficción tiene más fuerza que la novelada, y que
sin ella la historia de la protagonista no hubiera resultado igual. En fin, es
solo una impresión.
De "Sira", la sinopsis ya me hizo pensar que
sería más de lo mismo. De nuevo la protagonista se embarca en otra misión, pero
en diferente lugar, con nueva pareja que ya viene de la novela anterior y muere
en un atentado; el mismo atentado que tambien provoca la muerte del hijo que
Sira esperaba. Cuando llevaba leída la mitad del libro, me pregunté cuántas misiones tendría que llevar a cabo
Sira para llenar las 642 páginas del libro.
En esta segunda parte digo lo mismo
que en la anterior: que la autora vuelve a documentarse de nuevo y que intervienen
hechos y personajes históricos reales.
No está mal, pero mientras le toca
cubrir la visita de Eva Perón a España, hay momentos en los que me olvido de
Sira y me meto en la historia del personaje real de Evita.
Al final, cuando parece que la normalidad
llega a su vida y que todo ha terminado, aparece de nuevo Ramiro, de quien me
había olvidado por completo. Lo di por desterrado de España cuando lo subieron
a bordo de un barco rumbo a Argentina, si no recuerdo mal, y resulta que
reaparece, intentando vengarse marcando el final de esta aventura. Tengo que
reconocer que este final me sorprendió.
En fin, en el caso de estas dos
novelas, la primera me gustó; la segunda no tanto.
CITAS:
-El destino son las decisiones que
tomamos a lo largo de la vida, hasta las que parecen insignificantes.
-Dicen que una empieza a curarse
cuando el primer pensamiento de la mañana no está dedicado a él.
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