Se ha dicho que el
Quijote es la novela madre de la literatura española y Cervantes, un autor
adelantado a su tiempo; aunque entre las opiniones de quienes han estudiado al
autor y su novela hay discrepancias sobre ello.
Siempre tuve pendiente
esta cita con el hidalgo caballero. Nuestro primer contacto fue en el
instituto, lectura obligada en clase de Literatura, que no pude terminar. Al
fin, alguien me recomendó esta edición de Andrés Trapiello y he podido apreciar
el gusto de leerla.
Está traducida al
castellano actual, y comparando algunos pasajes de una y otra edición, los
cambios son poco perceptibles pero hacen la lectura más fluida, sin variar la
esencia de la obra.
El prólogo lo escribe
Antonio Muñoz Molina, que cita así de la obra: -la novela, tal y como la
conocemos, la inventó de golpe Cervantes cuando creó a Don Quijote en 1605 y la
completó diez años más tarde, en 1615. No es una segunda parte, es una segunda
novela-.
Está dividida en dos
partes, de las que se discrepa si es primera y segunda novela o primera y
segunda parte; lo dejo ahí.
Pero si hay una diferencia que me ha parecido evidente entre la edición de 1605 y 1615, es que en la primera dominan las aventuras de caballería y Alonso Quijano, como abducido por todas estas novelas, cambia su identidad para llamarse don Quijote de la Mancha. Más loco que cuerdo se lanza a la aventura con su escudero, Sancho Panza. Y este, que no sabe lo que le espera, decide acompañar al caballero de la triste figura que le ha prometido una ínsula, la de Barataria. Un sueño que no verá realizado hasta mediada la segunda salida de don Quijote (1615)
Pocos días le durará el
cargo de gobernador, pero "Nadie escarmienta en cabeza ajena", refrán
que Sancho podría haber añadido a su retahíla de doscientos diez refranes que
cita en la novela, cuando se da cuenta de que gobernar una ínsula no está hecho
para él.
No puede faltar la
doncella, que será la inspiración de don Quijote y a quién le dedicará sus
victorias. En la novela, el personaje real es Aldonza Lorenzo, una labradora de
la que se cree estuvo enamorado, aunque ella jamás lo supo. Pero el hidalgo
caballero se inspiró en ella para crear a su señora imaginaria con un nombre
más acorde a su clase, la sin par Dulcinea del Toboso.
Las andanzas de don
Quijote resultan divertidas, se mete en unos berenjenales que una no puede
evitar pensar si se puede ser más carajota. Pero así los crea Cervantes, loco
uno y cuerdo otro, y a medida que avanza la novela veremos cómo sus
comportamientos se contagian y los papeles parecen intercambiarse.
Dos personajes muy
diferentes, en los que la amistad queda reflejada cuando van superando sus
diferencias a base de dialogar y convivir, y ninguno de ellos sacrifica lo que
los hace distintos.
¿Pero es el Quijote es
una novela de caballería? Sí, así la consideramos. Pero es, ante todo, una
novela cargada de ironía. Aunque parezca una inspiración de…, en realidad es
una imitación de…que hace Cervantes y que, según los estudiosos de la obra, sin
este elemento clave no habría sido posible transformar la realidad en ficción y
hacer uso de la prosa.
Amadís de Gaula es la
que más refiere don Quijote, editada por primera vez en España en 1508, datada en el año 130 y de
autor anónimo. Tirante el Blanco, escrita hacia 1460-1464, tambien es
mencionada en el comienzo de la novela durante la quema de libros por parte del
cura y el barbero y que Cervantes se refiere a ella como "el mejor libro
del mundo".
Esto dos libros
esenciales, que causan el estado de locura de Alonso Quijano, son los que se
salvan de la hoguera.
Es una novela culta,
rica en palabras y expresiones que demuestran el ingenio de su autor, aunque no
tuvo mucho éxito con lo que escribió antes del Quijote. Esta obra también
sufrió las censuras de la época y Cervantes tuvo que cuidar qué decía y qué no.
El Quijote es una de
esas novelas de las que habría que analizar muchos de sus capítulos y
personajes por separado por todo el trasfondo que llevan.
Cervantes también
refleja episodios de su vida personal y los lleva a la ficción. Logra unir la
fantasía y el realismo, y es así como transforma estos hechos de su vida. Por
citar uno: - el caso de Jerónimo de Pasamonte, soldado aragonés que participó
con él en la Batalla de Lepanto. En la edición de 1605, lo satiriza
convirtiéndolo en el galeote Ginés de Pasamonte del que don Quijote y Sancho lo
presentan como embustero, cobarde y ladrón.
Hace referencia a la
sociedad del momento y se sale de las normas
literarias de la época, por lo que se podría hablar de la libertad, la
que se toma para escribir su novela.
Llega el final de don
Quijote. Seis meses dedicando instantes a su lectura, compartiendo sus hazañas
que me han propiciado, sobre todo, risas. Termina sus días en la aldea de la
que partió tras ser derrotado por el Caballero de la Blanca Luna. En realidad
es el bachiller Carrasco, que en un segundo intento de devolverlo a la aldea
busca enfrentarse con él. Esta vez es vencido y, más cuerdo que nunca, confiesa
que ya no es El ingenioso hidalgo don Quijote de La Mancha, ahora es Alonso
Quijano (Nombre tomado de un hidalgo que vivió en La Mancha toledana, primo de
la esposa de Cervantes, de nombre Quijada).
En el capítulo LXXII,
edición 1615, hace alusión a la novela apócrifa de Avellaneda. Hidalgo y
escudero, antes de entrar en la aldea, aguardan en una posada y allí, don
Quijote, reconoce a Álvaro Tarfe. Este es personaje del Quijote de Avellaneda y
Cervantes le da su protagonista la posibilidad de charlar con él y de
preguntarle a Álvaro Tarfe si él conoció al falso don Quijote.
Citar por último el uso que hace Cervantes de lo que hoy se llama Metaliteratura, y que han utilizado, copiado, escritores posteriores a este maestro de la novela.
CITAS:
- Con todo y con eso,
te hago saber, hermano Panza, que no hay memoria a la que el tiempo no acabe,
ni dolor que la muerte no consuma. Pag. 132
- Para mí, señor
castellano, cualquier cosa basta, porque mis "tarros son las armas, mi
descanso el pelear"
- …pues no es justo ni
acertado que se cumpla la voluntad de alguien si lo que ordena va fuera de todo
razonable discurso.
- Has de saber, Sancho,
que no es un hombre más que otro, si no hace más que otro.
- ¡Vive el Señor que es verdad cuanto mi amo
dice de los encantamientos de este castillo, pues no es posible vivir una hora
con quietud en él
- Mira Sancho: donde
quiera que esté la virtud en eminente grado, es perseguida. Pocos o ninguno de
los famosos varones que ha habido dejó de ser calumniado por la malicia
ajena...
- Dios con vuestti don Quijote a vuestras aventuras
y dejadnos a nosotras con nuestras malas venturas, que Dios nos las mejorará si
somos buenas; y yo no sé, por cierto,
quien le puso a él ese don que no tuvieron sus padres ni sus agüelos. Pag. 542
- ¡Por Dios, Sancho!,
concluye con tu arenga, que tengo para mí que sí te dejan seguir en las que comienzas
a cada paso, no te quedaría tiempo para comer ni para dormir, que todo lo gastarías en hablar.
-Del conocerte saldrá
el no hincharte como la rana que quiso igualarse con el buey, que si haces
esto, la consideración de haber guardado puercos en tu tierra vendrá a ser feos
pies de la rueda de tu locura.
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