AUTORA: Ana
Franco
EDITORIAL:
Kiwi (UDL)
PUBLICACIÓN:
14/11/2022
Sé que no es un buen comienzo
para un libro decir que no habría puesto mi atención en él de no haber sido
porque alguien cercano a mí insistió en que lo leyera. Confieso que el título
me sonó un poco a autoayuda; no supe decir que no y al final, aquí estoy,
haciendo la reseña.
Ha sido una lectura fácil en
todos los sentidos. Tal vez un poco enrevesada a la hora de crear intriga y el
final por parte de la autora.
En el Prólogo hace una
pequeña introducción para exponer a los lectores el porqué de la historia que
luego narra en veintinueve capítulos. Se trata de dos jóvenes adolescentes,
Claudia y Enrique, que se conocen desde niños, han crecido juntos y se quieren
como amigos. La situación familiar de Enrique les obliga a separarse y se hacen
la promesa de que seguirán en contacto.
La historia comienza
dieciocho años después. Ambos han entrado en la treintena, son independientes y
viven cada uno de ellos en un extremo de España.
El destino hará que se
encuentren, pero no será fácil para ninguno de los dos.
Sí me ha gustado cómo crea la
situación para que Claudia y Enrique se encuentren. Sin embargo, al llegar a
este punto de la historia, me pregunto si es necesario exagerar con el hecho de
que no se conocen de nada; no es creíble que no haya ningún rasgo físico que el
uno haga recordar al otro. Pero bueno, cuando se trata de ficción cualquier
cosa puede ser aceptable.
La forma en que Claudia se
enfrenta a esta situación la encuentro en cierto modo infantil. Con los treinta
ya cumplidos creo que ya se puede tener algo de madurez para tomar decisiones.
Cuenta con dos mejores
amigos, Paloma y Mateo, que le ayudarán a conducirla por el camino de la
sensatez.
El personaje de Enrique es
más maduro que Claudia y no exagera tanto ante la situación que comparten
ambos.
En esos dieciocho años de
ausencia, que para cada uno es como si la tierra se hubiera tragado al otro, se
esconden secretos que tendrán que afrontar y resolver.
El final creo que lo extiende
demasiado y no sabría decir con que finalidad, porque no le veo mucho sentido.
Me explico: una vez que ambos protagonistas han resuelto todo el entuerto y
encuentran su estilo hygge, añadirle un
remiendo para rizar el rizo creo que sobra.
En fin, el libro es entretenido
y reconozco que lo he pasado bien mientras lo leía. Pero, en mi opinión, a la
autora le falta chispa a la hora de escribir, o cuerpo como al vino.
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