EDITORIAL: Pre-Textos
PUBLICACIÓN: 2023
Voy a empezar la reseña con la
frase que pone punto final a la historia de Nandito, y que dice así:
En
un lugar de Oriente, de cuyo nombre siempre quiero acordarme, vivía un inútil
de barbas y botas viejas, máquina de escribir, bicicleta rusa y descabellada
ilusión…
La sustancia de la frase está en
el libro.
El aludido es Nandito. Vive con
su madre, en un mundo cerrado que no va más allá de su barrio. Sus vecinos y
familiares dicen que ha enloquecido de tanto leer libros. Estos no son de
caballería, son libros que han quedado fuera de circulación porque ahora están
prohibidos. No se pueden tirar ni quemar. Los que le conocen lo tienen por un
poeta, así, que se los han entregado a él y los ha guardado en su habitación,
donde no deja entrar a nadie.
Su nombre de pila es Fernando
Manzano, nombre al que se niega siempre, y las dos cosas que ha hecho en lo que
lleva de su mediada vida es trabajar en un museo, del que tuvo suerte con ser
despedido. Es un personaje que recurre a la fantasía para sobrellevar la triste
realidad en la que vive, en Bayamo, en una zona de Cuba llamada el
"Oriente cubano", un país dividido entre los occidentales y los
orientales
El barrio de Nandito es una zona
muy lejos de la realidad, muy lejos de esa Cuba que se vende a los turistas. Un
lugar triste, doloroso, con calles de tierra, pero allí está, con sus vecinos.
La portada del libro es actual,
la tomó el autor desde la casa de su hermana, que vive en Bayamo, en el Oriente
cubano. Es una forma más de criticar la situación que se vive allí.
Los personajes son imaginarios,
pero sus condiciones de vida, con una gran escasez en todo, hasta en las ganas
de vivir, han brotado de la infancia del autor, de la que él vivió también. En
cierto modo él es Nandito.
La causa de un crimen, un hecho
real, lleva a Nandito a ponerse a escribir. En Cuba no se dijo nada sobre el
asesinato, se investigó, hubo juicio y detenidos. Pero en el Oriente cubano, al
menos, nada se supo, de nada se habló. Seguro que trascendió más hacia el
exterior que dentro de Cuba. Nandito quería que se supiera.
Se puso a escribir la novela
sobre el caso de la niña asesinada, y descubre tanto que se arrepiente de haber
averiguado lo que averiguó. Pero él quiere quejarse de lo que ha pasado.
También se toma en serio el escribir sobre sus vecinos.
Esta locura de escribir de todos,
y de todo, pudo traerle a Nandito su mala suerte, pues no todos estaban de
acuerdo con lo que hizo. Felicia es la más agradecida por ello y Perdomo, el
que menos soportaba a Nandito, se quejó por escribir cosas que pertenecen a la
intimidad familiar. Escribe sobre los que están, sobre los que se fueron para
no volver, y de los que ya no viven allí porque decidieron cambiar a una vida
mejor, en un país mejor.
Solo tiene una bicicleta vieja y
a Juanita, su máquina de escribir. Se llama así porque hubo una época en que
Cuba tuvo ese nombre. Cristóbal Colón se lo cambió en honor al Príncipe Juan,
el hijo del Rey español don Fernando de Aragón.
Es una trilogía, dentro del
libro, y las tres novelas van conectadas entre sí. La lectura de esta historia
es triste por la situación tan precaria que tienen los personajes. Saben que
nada va a cambiar, salvo que decidas abandonar, algo que les cuesta porque se
sienten cubanos, porque tampoco han conocido más allá del horizonte que ven y
tampoco ansían tener más.
Me ha parecido un libro muy rico por todo lo
que me ha aportado y que recomiendo leer.
"Cervantina", es una
novela del autor cubano René Fuentes, que me ha sido asignada en el concurso de
Masa Crítica, de Babelio.
CITAS:
-También sabíamos que después de
la justicia vendría el escarmiento, esa parte didáctica
que aquí agregan a la reparación
del mal.
-…yo estoy convencida que el gran
problema de ese hijo mío son los libros. ¡No se puede vivir entre papeles! Eso
enferma.
-Mi hermano y mi madre siempre
están ahí, como si cada uno se encargara de administrar y sacar rédito de las
frustraciones que ellos mismos eligieron asumir.
-Los extranjeros, generalmente,
llevan a Cuba,…, poco equipaje.
Los cubanos no. Los cubanos
cuando visitamos Cuba llevamos todo lo que podemos: para los familiares, para
los amigos y para nosotros mismos. Porque dentro de Cuba hay que vestirse
durante unos días con todo lo que viviendo durante tantos años allí no
tuvimos.
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