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EL GRANDE ORIENTE

AURTOR: Benito Pérez Galdós

EDITORIAL: Círculo de Lectores

PUBLICACIÓN: 1985


El Grande Oriente es la cuarta novela de la segunda serie de los Episodios Nacionales, de Benito Pérez Galdós. El título hace alusión a una logia masónica, una organización secreta con tintes políticos que defendía las ideas de cambio, el progreso y la reforma social frente a los que trataban de mantener las tradiciones conservadoras de España en esa época.

Históricamente las logias masónicas tuvieron un papel importante en la difusión de las ideas liberales, de ahí que Galdós tome esta realidad como símbolo para expresar el conflicto político. La historia transcurre en 1821, año incluido en el conocido Trienio Liberal (1820 – 1823).

Aunque el tema recurrente de Galdós es la política, también muestra la humanidad de sus personajes, con sus debilidades y fortalezas. Con esta combinación da al lector una imagen compleja de la realidad que vivió España en el siglo XIX.

He observado a lo largo de la novela que en esta lucha de ideologías, Galdós no defiende explícitamente los privilegios de la monarquía absoluta o de quienes buscaban aplicar las ideas liberales. Más bien explora la complejidad de la realidad política y social en lugar de adoptar una postura explícita a favor de uno u otro bando.

Se habla de absolutismo en boca de personajes que defienden las ideas conservadoras y utiliza El Grande Oriente como representación de la causa liberal. Los miembros de la logia en la novela son intelectuales, políticos y reformistas comprometidos con los ideales de progreso.

Es una etapa muy caótica, plagada de ideas políticas que en realidad no son del todo radicales. Los personajes de Galdós en esta novela discuten mucho, solucionan poco y no se definen como liberales o conservadores puros.

Galdós no pretende defender un sistema político concreto, sino resaltar los problemas que plantean ambos bandos tanto a nivel político como personal y resaltar que la moralidad está por encima de las ideas políticas.

El fanatismo y la intolerancia lleva a los personajes de los dos bandos al enfrentamiento, a dejarse llevar por la ambición más que por principios. El pueblo, que aparenta luchar por la ideología, en realidad es víctima de las manipulaciones de sus líderes.

Tiene como personaje principal de la trama a Salvador Monsalud, sustituto de Gabriel de Araceli, personaje principal de la primera serie de los mencionados episodios.

Este personaje central, al no posicionarse hacia ningún bando, entra en conflicto con absolutistas y liberales, quienes, en su afán por defender sus respectivas causas, a menudo descuidan esos intereses humanos.

Salvador se preocupa más por las personas que por las ideas. Expresa la parte humana de la novela. Antepone sus principios morales a sus deseos. Es un personaje que demuestra integridad. Su sentido del deber le crea un conflicto interno en el momento que tiene que renunciar incluso a su felicidad. Se crea un contraste entre este y la ambición, el egoísmo y los intereses de partido de los otros personajes.

Queda muy heroico en el personaje de Salvador Monsalud ese rechazo rotundo al amor de Andrea, que lo es todo para él. ¿Es posible que haya algún paralelismo entre Galdós y Salvador? Esta reflexión me ha venido a la mente al pensar en cómo vivió el amor un autor que nunca se casó y sus relaciones amorosas, aunque intensas en algunos casos (como la que tuvo con Emilia Pardo Bazán), no fueron el eje central de su vida.

El final es abierto, tanto en la renuncia de Salvador hacia Andrea como en la trama política.

En cualquier caso, El Grande Oriente es una novela que recomiendo leer, por la calidad literaria de Galdós y porque refleja muy bien uno de los periodos más convulsos en la historia de España. 


CITAS:

Ya estoy aburrido, desengañado de la mala fe de todos, convencido de que tan pícaro es Juan como Pedro, y de que no es posible tomar parte activa en la cosa pública sin meterse en fango hasta la coronilla

 Atacas el justo medio, que es el arte político por excelencia, bribón, dijo Campos riendo. ¿Tú qué entiendes de eso? Sin este tira y afloja; sin esa gracia de Dios que consiste en no hacer las cosas por temor de hacerlas a disgusto de Juan o de Pedro, no hay Gobierno posible.





ORLANDO

AUTORA: Virginia Woolf

EDITORIAL: Lumen

PUBLICACIÓN: 11 de octubre de 1928



Aunque Orlando no ha sido una lectura fácil para mí, la he leído con interés. El estilo narrativo de Virginia Woolf, lleno de metáforas, fantasías y simbolismos, me hizo cuestionar si estaba preparada para enfrentar una obra de este tipo. Sin embargo, la profundidad de los temas que aborda, como las limitaciones sociales impuestas a las mujeres y las normas de género, me mantuvo expectante. En varios momentos estuve tentada a abandonar, pero documentarme sobre la obra me ayudó a captar mejor lo que Woolf intenta transmitir.

Orlando es un personaje atemporal y fluido, y a través de su transformación refleja su capacidad para evolucionar, adaptarse y trascender a las normas sociales y culturales que nos definen como personas, de cómo se espera que vivamos, actuemos y nos identifiquemos en género, clase social, etc.

Me ha parecido muy alegórica la transformación de Orlando, aunque me ha sorprendido que la autora utilice la pureza, la castidad y la modestia para convertirla en mujer. El hecho de que la autora no fuera creyente me lleva a pensar que estas ideas reflejan los valores y convenciones de su época.

Woolf afirma que este cambio de género no afecta a la identidad de Orlando, pero a su comportamiento es evidente que sí, y la sociedad, y su círculo de conocidos aceptan con normalidad ese nuevo cambio.

Esta aparente normalidad podría ser también una crítica a la sociedad, para demostrar una vez más que los roles de género son más superficiales de lo que aparentan y que la sociedad está más preocupada por mantener las apariencias que por cuestionar sus propias normas.

Tal vez ahí está lo fabuloso de la novela, que no hay que verla o interpretarla como algo realista, sino como el recurso que permite a Woolf explorar cuestiones más profundas sin las limitaciones de la lógica convencional.

Inspirarse en alguien tan cercano como Vita, tiene más peso emocional. Es el vivo reflejo de la personalidad de la mujer que amó y la transformación que tuvo la propia autora.

En la página 239 de la novela hay una reflexión sobre «el amor» que me parece la más poderosa de toda la obra. Creo que encaja perfectamente en la vida de Orlando.

Orlando abre un abanico de posibilidades para reflexionar sobre el género, la identidad, la ambigüedad y la sociedad. La forma en que las representa invita a cuestionar muchas de nuestras propias concepciones sobre lo que significa ser hombre o mujer.

No he disfrutado esta novela en su plenitud, pero que me haya generado dudas, reflexiones, y profundizar en temas tan importantes, hace que me dé por satisfecha.

Recomiendo esta novela a los lectores que estén dispuestos a explorar una narrativa diferente que desafía nuestras ideas sobre el género, la identidad y la sociedad.


CITAS:

Pero todos sabemos lo que es el amor. ¿Hizo eso Orlando? La verdad nos compele a decir que no, que no lo hizo. Por consiguiente, si la heroína de nuestra biografía no se resuelve ni a matar, ni a querer, sino a pensar e imaginar, podemos deducir que no es otra cosa que un cuerpo muerto y abandonarla...

No es el amor de la verdad sino el deseo de prevalecer el que opone un barrio a otro barrio y hace que una parroquia premedite la ruina de otra parroquia.

— Nadie, desde que el mundo comenzó, ha sido más hermoso. Sus formas combinaban la fuerza del hombre, y la gracia de la mujer.

—Un apuesto caballero como él, decían, no necesitaba libros. Que dejara los libros, decían, a los tullidos y a los moribundos. Pero algo peor venía. Pues una vez que el mal de leer se apodera del organismo, lo debilita y lo convierte en una fácil presa de ese otro azote que hace su habitación en el tintero y que supura en la pluma.




EL REINO DE ESTE MUNDO

AUTOR: Alejo Carpentier

EDITORIAL: Planeta

PUBLICACIÓN: 1997


El reino de este mundo es una novela ambientada en la Revolución de Haití, entre 1791 y 1804. Este periodo marcó el fin del régimen colonial francés, la abolición de la esclavitud y la independencia de la isla. Haití fue el primer país del mundo gobernado por antiguos esclavos que se rebelaron contra el dominio colonial francés.

Carpentier describe las condiciones brutales que los esclavos africanos sufrían en las plantaciones que ocupaban. Todo envuelto en una atmósfera donde los mitos, las leyendas y los hechos históricos se mezclan, dando a la novela un toque de realismo mágico.

Ya metida en la lectura, reparé en la ausencia de manifestaciones de dolor, odio, amor, etc., a nivel individual, que tan acostumbrados estamos a leer en otras obras.

Después, llegué a la conclusión de que el autor se centra en el colectivo de esclavos que viven en la colonia y la preocupación en la lucha por la libertad del conjunto.

Se inspira en líderes históricos como Mackandal, Boukman y Toussaint Louverture. Fueron esclavos que forman parte de la historia de Haití. Los dos primeros aparecen en la novela como líderes que iniciaron la revuelta contra los colonos franceses. Louverture solo es mencionado, pero los tres guardan relación.

Mackandal es el líder rebelde de la resistencia contra el sistema colonial y la esclavitud. Es un personaje místico que practica el vudú, rito del que se vale para mantenerse en conexión con la colonia y preparar la rebelión. Este rito, que además es una religión, será la fuerza espiritual que los guie. Su capacidad para la transformación lo convierte en un símbolo poderoso.

El personaje principal es Ti Noel, un esclavo de origen africano que sirve como hilo conductor de la novela. Durante su servidumbre a diferentes amos, relata este período tan importante para la independencia de la isla y es testigo de los diferentes cambios que se producen.

Siente un desencanto profundo hacia la naturaleza humana y sus luchas por un ideal que parece inalcanzable. Le entristece comprobar cómo los de su misma clase, una vez en el poder, demuestran que no han aprendido la lección. La lucha colectiva no ha fracasado, pero si la ambición de poder del ser humano como individuo.

Además, hay una voz en tercera persona que lleva al lector a conocer mejor los personajes y toda la trama de la novela. En esta voz es donde se aprecia el estilo poético y, un tanto particular, de Alejo Carpentier. Transmite la perspectiva de los personajes, sobre todo cuando se trata de los esclavos africanos con sus fuerzas espirituales del Vudú y tradiciones culturales.

Hay momentos bellos en esta historia:

El capítulo de «La metamorfosis», dedicado a Mackandal es muy simbólico, y encaja en la idea de que la resistencia y la libertad no siempre están visibles, aunque haya raíces profundas en la memoria colectiva.

El momento de los tambores, muy ligados a la cultura africana de los esclavos, como medio de comunicación, unidad y resistencia. Se llaman entre ellos, en un momento importante, marcando la fuerza de una cultura que se niega a ser aniquilada. Esta escena transmite: la conexión espiritual, por su cultura. La fuerza de la comunidad, porque todos los esclavos buscan el mismo ideal. La inmortalidad simbólica de Mackandal porque era necesario la presencia de un líder.

El reino de este mundo nos invita a reflexionar sobre temas como la libertad, el sacrificio de todo un colectivo creyendo que la lucha es la liberación, la condición humana, el poder, …

 

CITA:

Pero, en ese momento, la noche se llenó de tambores. Llamándose unos a otros, respondiéndose de montaña a montaña, saliendo de las playas, saliendo de las cavernas, corriendo debajo de los árboles, descendiendo por las quebradas y cauces, tronaban los tambores radás, los tambores congós, los tambores de Bouckman, los tambores de los Grandes Pactos, los tambores del Vodú.

PEDRO PÁRAMO


AUTOR: Juan Rulfo

PUBLICACIÓN: 1997

EDITORIAL: BestBolso


Pedro Páramo es una novela compleja, donde nada es lo que parece.  Esto no la hace menos atractiva, la narrativa es tan poética que invita a querer leerla.

Es una historia que transmite tristeza, soledad y ausencia de muchas cosas. Comala es un pueblo muerto, pero no está vacío. Sobreviven las voces de los muertos que vivieron allí y no han encontrado la paz. Unas almas que cargan con el peso de sus acciones, donde los muertos no descansan porque la vida que llevaron estuvo marcada por el pecado, el desamor, y la falta de justicia. Están atrapadas en un limbo entre la realidad y la muerte.

Este estado de limbo hace que la novela haga difícil la comprensión, pero estas voces son esenciales en la novela porque desvelan los misterios que encierra Comala y Pedro Páramo, el protagonista de la historia.

No existe el futuro. El pasado y presente tampoco están definidos. El único presente que he percibido es el de Juan Preciado hasta que llega a Comala buscando a su padre, Pedro Páramo. Tal es así que al principio creí que los personajes estaban vivos. Pero a medida que avanza la historia se percibe una situación anormal.

Juan Preciado está presente en toda la novela, pero esta no gira solo en torno a él. En un sentido simbólico, más que literal, Juan abre la caja de Pandora cuando llega a Comala, haciendo que afloren las revelaciones sobre el pasado trágico del pueblo.

Los diálogos de los muertos fluyen de forma tan natural que parecen estar vivos. Además, hay un narrador omnisciente que va relatando esa parte de las vidas de los personajes que Juan Preciado no conoce.

El principal causante del desastre en Comala es Pedro Páramo. Su abuso de poder y su indiferencia hacia las personas consiguió destruir la vida de muchas de ellas en el pueblo.

El padre Rentería representa la Iglesia. Hombre débil y de «poca fe» fue incapaz de llevar a sus feligreses por el buen camino, y tampoco rechazó los favores de Pedro Páramo. Una combinación ideal para que los habitantes de Comala se sintieran desamparados.

Además, tal vez como consecuencia de las acciones de estos dos hombres, los habitantes de Comala cayeron en la indiferencia y la resignación.

Como lectora incipiente de autores mexicanos y de la historia de este país, Juan Rulfo me ha dejado buena impresión. Creo que la mejor manera de acercarse a Pedro Páramo no es obsesionarse con descifrar los límites entre lo real y lo sobrenatural: si Juan Preciado habla con los muertos de Comala o si todo esto es fruto de su imaginación.

Más bien, al dejar de lado esa necesidad de entenderlo todo y limitarse a escuchar las voces que narran sus vidas —ya sea dirigiéndose a Juan Preciado o entre ellas mismas—, descubrimos las historias de los personajes que habitaron Comala. Y es allí donde radica la verdadera riqueza de esta obra.


CITAS:

-Llegué a la plaza, tienes tú razón. Me llevó hasta allí el bullicio de la gente y creí que de verdad la había.

-Yo los oía. Eran voces de gente; pero no voces claras, sino secretas, como si me murmuraran algo al pasar, o como si zumbaran contra mis oídos.

-¿Y tu alma? ¿Dónde crees que haya ido?
Debe andar vagando por la tierra como tantas otras; buscando vivos que recen por ella. Tal vez me odie por el mal trato que le di; pero eso ya no me preocupa.




EL JUDÍO ERRANTE

 AUTOR: Eugenio Sue

EDITORIAL: E.D.A.F.

PUBLICACIÓN: 1968

ILUSTRACIONES: Tauler


La figura del eterno caminante es una leyenda que se remonta al siglo XIII. Escritores de diferentes épocas han hecho uso de esta leyenda en la literatura. De ahí que mi encuentro con El judío errante fuera leyendo «Edad prohibida», de Torcuato Luca de Tena.

Eugéne Sue, fue uno de los autores que se sumó a la lista de los que escribieron sobre esta leyenda en el siglo XIX. Su novela alcanzó tal éxito en Francia que despertó un nuevo interés por ella.

Sue proyecta una versión un tanto particular. Con un Prólogo intrigante y en forma de metáfora, presenta a dos personajes, hombre y mujer errantes, condenados a vivir vagando en dos mundos separados. Intentarán acercarse para unirse y así encontrar el final. En este punto nos deja con la intriga de saber quiénes son y porqué están ahí.

Estos dos personajes están presentes en la obra con un papel secundario, y esencial, por lo que simbolizan. Son seres místicos que tienen como misión proteger a sus descendientes, pero en la expiación de su pecado está que allá por donde pasan van dejando oscuridad. Estos dos elementos o personajes reflejan en realidad el sufrimiento, la maldición, el pecado, la ambición y el abuso de poder.

Desde este pasado tan lejano en el que dejamos a los que vagan, nos vamos a finales del siglo XVII. Hasta aquí han llegado los descendientes de la familia Rennepont que, por su condición de protestantes, se vieron en la necesidad de huir de París y exiliarse en diferentes partes del mundo. Antes de la partida, el cabeza de familia depositó una parte de la fortuna a una familia judía. 

El testamento, considerado «místico» por el testador, Mario Rennepont, lo dejó firmado el 13 de febrero de 1681. Este contempla que, pasados ciento cincuenta años, sus descendientes deberán recibir esa herencia que se ha hecho, más que centenaria, bastante sustanciosa. La condición indispensable para los herederos es portar una medalla de bronce, con una inscripción en cada una de las caras, y acudir el día y hora fijadas en una dirección que también se dejó por escrito.

La acción, en tiempo real, transcurre en el año 1831, en París, varios meses antes de que tenga lugar la lectura del testamento.


La novela contiene diferentes hilos narrativos, pero la trama principal gira en torno a un complot que se inició en el siglo XVII contra los Rennepont y sus descendientes. La mencionada conspiración es llevada a cabo por la Compañía de Jesús (jesuitas) que, interesados en conseguir dicha suma de dinero, por motivos que no diré, van a evitar a toda costa que los herederos se reúnan en el lugar y hora fijados.

Es una novela extensa, con descripciones largas sobre los personajes y escenarios. Por lo demás es dinámica y me gusta como está estructurada. Está cargada de fatalismo, oscuridad, siniestralidad, manipulaciones, tragedia, con tintes de género gótico.

Todas las acciones van ocurriendo al mismo tiempo, cambiando de unas escenas a otras, pero ordenadas, de manera que el lector no se hace un lío.

En cuanto a los personajes, aunque numerosos, están bien desarrollados y con amplias descripciones. Los hay malvados sin remordimientos, como sus acciones, buscando un solo interés. El personaje de Rodin es fantástico. Villano, de pensamiento rápido y penetrante. Todo lo que dice o hace ha sido previamente gestionado en su mente, con una precisión de reloj suizo.

En cuanto a los buenos, algunos deberían adquirir el grado de angelicales, y otros, más que buenos, son justos. Unos y otros interpretan la lucha del Bien contra el Mal.

Lo que más me ha gustado es la intriga que se mantiene en todo momento, aunque haya unos capítulos más interesantes que otros, como no lo son todos los personajes ni tampoco los acontecimientos.

No se debe bajar la guardia en esta novela. Todo lo que se dice o se hace parece haberse zanjado cada vez que actúan los personajes y no es así. A medida que avanza la novela, van regresando esas conversaciones o acontecimientos que creímos terminados.

Sue utilizó esta leyenda para reflejar temas muy presentes en la novela:


La diáspora del pueblo judío al centrar la trama en la familia Rennepont y su exilio.

La crítica de la injusticia social con la clase obrera. Sitúa a los personajes en unas condiciones de vida espantosas al carecer de lo más esencial.

A través de la Compañía de Jesús denuncia la corrupción de la Iglesia Católica, mediante conspiraciones para obtener poder y riqueza.

Tampoco se olvida de la belleza ni del feminismo. El personaje de Adriana de Cardoville es una mujer que admira la belleza en el sentido más amplio y es criticada por vivir de forma independiente, en todos los aspectos.

La libertad para decidir morir, o suicidarse, cuando la vida llega a un punto en el que ya no hay nada por lo que luchar.

¿Hay algo peor que la desgracia? En esta historia el destino se ceba, sobre todo, con los marginados, al mismo tiempo que muestran resistencia y supervivencia.

Es posible que se intuya como va a terminar la novela, pero no hay que valorarlo en sentido negativo. Al contrario, las maquinaciones de Rodin no son fáciles de imaginar, como tampoco el final.

 

CITAS:

—No enfrentéis una honradez demostrada a lo largo de cuarenta años con el miedo y la miseria, que son tan malos consejeros.

—Hay espectáculos de un horror profundo, imposible de expresar; pero durante estas catástrofes, tan rápidas como el pensamiento, se tiene a veces una visión tan clara del espectáculo como si se hubiera sorprendido a la luz de un relámpago.

—La remuneración del trabajo de las mujeres es de una justicia exasperante, de una salvaje barbarie; se las paga dos veces menos que a los hombres que también se dedican a la costura, como los sastres, chalequeros, guantera, etc., y eso cuando las mujeres trabajan tanto como ellos...;

—¡Comprometerme unos versos en que canto el amor al trabajo y la caridad! Si la justicia está ciega hasta ese punto, habrá que comprarle un bastón y un perro que le sirva de lazarillo.

Suele ocurrir que los hombres tan audaces en su ambición como pacientes y constantes en sus maquinaciones, quedan sorprendidos del éxito, cuando esté aventaja de forma increíble sus sabias y prudentes previsiones.